MILITANTE DE LA VIDA
Se están cumpliendo cien años (1905-2005) del nacimiento de
Carlos Oquendo de Amat, el poeta puneño que se inmoló en el fuego de sus versos
para vivir eternamente entre nosotros.
Su vida fue muy corta, apenas duró 31 años —como cortos son
los versos de sus "5 metros de
poemas"— pero lo suficientemente intensa y ejemplar para prohibirnos
estar tristes y convocarnos a que nuestros ojos se vistan de pantalones
largos, a alquilar las mañanas, o a
hacer, por ejemplo, otro cielo.
No en vano Vargas Llosa, a quien le correspondió el mérito,
en 1967, de colocarlo esta vez públicamente y por todo lo alto, en el pedestal de los poetas inolvidables, lo
llamó brujo de la palabra, arquitecto de imágenes, explorador fulgurante del
sueño y, sobre todo, creador cabal, a tiempo completo, como deben asumirse los
desafíos de la poesía, de la literatura, de la vida.
Palabras exactas para calificar a un creador nato, que
literalmente militó en la poesía y en la vida cotidiana, totalizadora, a donde
trasladó su culto a la belleza, a lo nuevo y trascendental, a la creación
heroica.
Nada debilitó su apasionamiento, sobre él cayeron todos los
rayos y centellas del infortunio, pero siguió adelante, siempre matinal, con la
sonrisa a flor de labios, transparentemente comprometido con los sortilegios de
su oficio y con el destino del hombre, especialmente con el de los pobres y
explotados del mundo.
En su homenaje, hoy trascribimos los
cinco primeros poemas que publicó en Amauta,
la revista de Mariátegui, y que los presentamos tal y como aparecieron, con esa
singularidad estética que caracterizó al vanguardismo literario. Dichos versos
se publicaron en los números 5, 8, 10 y 12, correspondientes a los meses de enero,
abril y diciembre de 1927, y a febrero de 1928. (Alberto
Mosquera Moquillaza).
CARLOS OQUENDO DE AMAT
P O E M A
Para
tí
tengo
impresa una sonrisa en papel japón
Mírame
que haces
crecer la yerba de los prados.
Mujer
mapa de
música claro de río fiesta de fruta En tu ventana cuelgan
enredaderas de los volantes de los automóviles
y los
expendedores disminuyen el precio de las mercancías déjame que bese tu voz.
Tu voz
QUE CANTA
EN TODAS LA
RAMAS DE LA
MAÑANA.
SELECCIÓN DE POEMAS
J A R D I N
Los
árboles cambian el color de los
vestidos
Las rosas volarán
de sus ramas
Un niño echa el agua de su mirada
y en un rincón
LA LUNA CRECERÁ
COMO UNA PLANTA
M A D R E
Tu nombre viene lento como las músicas humildes y de tus
manos vuelan palomas blancas
Mi recuerdo te viste siempre de blanco
como un recreo de niños que los hombres miran desde
(aquí distante
Un cielo muere en tus brazos y otro nace en tu ternura
A tu lado el cariño se abre como una flor cuando pienso
Entre tí y el horizonte
mi palabra
está primitiva como la lluvia o como los himnos
Porque ante tí callan las rosas y la canción
N E W Y O
R K
Los árboles pronto romperán sus amarras y son ramos de
flores todos los policías
Coney
Island Wall Street
La lluvia es una moneda de afeitar
La brisa dobla los tallos de
las artistas de la Pa (ramount.
China Town La casa de la municipalidad cambia constantemente
de sabor
El tráfico escribe una carta de novia
T
I
M
E
Los teléfonos Diez
c o r r e d o r e s
son depósitos de licor
I desnudos en la
Underwood
S
M
O
N
E
Y
28 piso
CHARLESTON
RODOLFO VALENTINO
HACE CRECER EL CABELLO
NADIE PODRA TENER MAS DE 30 AÑOS
SELECCIÓN DE POEMAS
Mary Pickford sube por la mirada del administrador
para observarla
HE
SA LI DO
RE
PE TI DO
POR
25 VEN TA-
NAS
d e b a j o d e
l t a p e t e h a y
b a r c o s
No cantes española que saldrá George Walch dentro de la chimenea
AQUI COMO EN EL PRIMERO NADA SE SABE DE NADA
100 piso
El humo de las
fábricas retrasa los relojes
Los niños juegan al aro con la luna
en las afueras
Los guardabosques encantan a los ríos
y la mañana
se va como una muchacha cualquiera
en las trenzas lleva prendido un letrero
S E A L Q U I L A
E S T A M A Ñ A N A
P o e m a a l
l a d o d e l s u e ñ o
Parque salido de un sabor admirable
Cantos colgados expresamente de un árbol
Árboles plantados en
los lagos cuyo fruto es una estrella
Lagos de tela
restaurada que se
abren como sombrillas
Tu estás aquí como la brisa o como un pájaro
En tu sueño pastan elefantes como ojos de flor
Y un ángel rodará los ríos como aros
Eres casi de verdad
pues para ti la lluvia es
un íntimo aparato para
medir el
(cambio
moù Abel tel ven Abel en el té
Distribuyes signos astronómicos entre las tarjetas de visita
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